miércoles, 4 de noviembre de 2020

Entrevista a una madre real

 

Nos encontramos con Mónica Villada de 42 años. Ella es madre de cuatro hijas y abuela de un hermoso niño. En esta entrevista nos cuenta como se sintió cuando fue madre, recuerda a sus padres en su crianza y aconseja a otras personas sobre la paternidad.

 ¿Cuál considera que es la mejor edad para tener un hijo?

Mónica: Creo que después de los 25 es lo más conveniente, pero no sé si creo que haya una edad “ideal”. Pienso en ese número porque, teóricamente, es una edad en donde tenés mentalizado tu futuro, estás casada o con alguien estable y tenés una base para el mañana. Creo que a esa edad estás lo suficientemente preparado mental, económica y emocionalmente para lo que significa ser padre y que otra persona dependa de vos.

Pienso que los jóvenes actualmente se toman la paternidad como un juego más, como una aventura más de la vida y sin responsabilidad. Hay muchos que no están listos para esa responsabilidad y les es demasiado. Y no solo se perjudican a sí mismos, sino a esa personita que van a traer a vivir a este mundo.

¿Cómo se sintió al saber que tendría un hijo?

Mónica: La verdad mal. Era muy joven, no estaba en mis planes ser madre y mucho menos casarme. Tenía 17 años y el padre de mis hijas, en ese momento, no era lo que esperaba para mí y mi futuro. Además, tenía unos padres muy estrictos, y me daba muchísimo miedo su reacción y lo que pensarían de mí. Tampoco quería ir a la escuela por vergüenza, dado que iba a un colegio privado en donde ser madre adolescente era mal visto, y como consecuencia me aleje de todas mis amigas.

Creo que con el tiempo, después de que nació mi primer hija, deje de pensar en lo que pensaba la gente cuando me miraba y pude comenzar a disfrutar lo lindo de ser mamá.

¿Qué época fue la que más disfrutó junto a su hijo?

Mónica: Ahora, que son todas adultas y que no tengo que estar tan pendiente de lo que hacen,  las disfruto como amigas. Son mis compañeras de mate y de chismes. Me encanta que no haya secretos entre nosotras y que ellas confíen en mí. Además de que no me hacen renegar tanto jaja. Pero antes cuando eran pequeñas eran más mías, me necesitaban de maneras en las que me hacían sentir bien, importante. Además de que eran unas niñas muy buenas, no se portaban mal. Peleaban mucho entre ellas, pero a los dos minutos las tenías jugando como si nada. Eso también me gusta de ellas, que, tanto de niñas como de grandes, siempre fueron compañeras entre ellas y conmigo. Pelean casi siempre, pero son sus amigas más fieles.

¿Qué cree que copio de sus padres a la hora de criar a sus hijos?

Mónica: Creo que la disciplina en el estudio y su futuro fue lo que tomé de mis padres a la hora de criar a mis hijas.

Mis papás siempre procuraban que me vaya bien en la escuela y en las actividades que hiciera, y si no lo hacia me castigaban. Yo hice lo mismo con mis hijas. Si alguna se hacia la tonta con la tarea la castigaba sin salir hasta que la hiciera. Igual pasaba con la limpieza y las malas acciones.

¿Cambiaría su método de crianza?

Mónica: No, o si, pero casi nada. Creo que el cómo crie a mis hijas las transformó de lo que son hoy, y me siento muy orgullosa de adonde han llegado y a donde sé que van a llegar. Hay algunas cosas que me gustaría haber hecho diferente, pero creo que lo hice dentro de todo bien.

¿Qué pensó cuando se enteró que su hijo se estaba por convertir en padre?

Mónica: Me sentí muy mal. Como dije antes mi hija era chica en mi perspectiva, recién había cumplido sus 21. Me hizo sentir insegura, me dio mucho miedo. Ella estaba en un buen momento, trabajaba y estaba ahorrando. Y el embarazo nos llegó por sorpresa a todos. Admito que estuve mucho tiempo sin hablarle, y sé que estuvo mal. Pero me sentía traicionada y herida. Después, cuando su embarazo fue avanzando, la acompañé y comencé a emocionarme por ese nuevo ser que llegaba.

Cuando nos enteramos que iba a ser un varón en casa fue toda una fiesta. Mi esposo y yo habíamos intentado muchas veces tener un varón, pero nunca tuvimos la oportunidad. También mis hijas siempre habían querido un hermanito. Asique, cuando supimos que Aarón, mi nieto, iba a ser un nene nos llenó de felicidad.

¿Cómo se sintió al conocer a su nieto?

Mónica: Me explotó el corazón. Sentí un amor que no había sentido. Ese niño es la luz de mis ojos. Voy a confesar que hace conmigo y mi marido lo que quiere. Y a nosotros nos encanta. Después de tener cuatro hijas, la llegada de un varón fue lo mejor. Y también lo mejor es qué no tenemos la responsabilidad de cuidarlo, si no que tenemos el privilegio de mimarlo.

¿Qué consejos le daría a alguien que decide ser padre?

Mónica: Le diría que este seguro de su decisión porque, aunque es hermoso, es mucha responsabilidad. Le aconsejaría que disfrute la paternidad; que no lo tome como una carga; que lo haga feliz. Le diría que juegue con su hijo todo lo que deba jugar.

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